lunes, 29 de octubre de 2007

0.04















Mil horas duran mis noches en tu ausencia,
La luna se alza gris entre las estrellas,
Mis ojos yacen perdidos entre tus fotos y mis recuerdos,
Recuerdos envueltos en pergaminos de olor a rosas,
Latidos lentos entre pétalos y tallos dañados,
Entre raíces arrancadas y pistilos quebrados,
cuando te fuiste, donde te fuiste,
Y porque de esa manera,
Asolada, furiosa, descarnada,
Como el alma de un verdugo.
Y yo aquí aguardando como el sentenciado,
Con el tiempo casi detenido, empantanado,
sin ningún sentido,

cuando dictaras tu sentencia para que brote mi dolor contenido,
cuando podré gritarle al mundo al fin, que te he perdido.