viernes, 19 de agosto de 2016

REQUIEM DEL COLA DE FLECHA

Perfume de vino llevo en mi sangre, aliento a concho de botella abierta, lagrimas de parra corren por mis mejillas y sudor de aguardiente emana de mi frente cansada por el trago amargo de mi existencia. Tronco de savia amarga, de ilusiones y decepciones, frutos de turbio espino sabio que ha sabido esconder sus hojas del otoño. Árbol de frondosas sombras, guarida de gusanos y escombros mimetizados, refugio de emociones carroñeras al acecho de su presa. Espino rencoroso con apariencia de roble noble. Vendedor de modos y traficante de caras, payaso embetunado de hollín y azúcar flor, payaso de circo rico con risa de pobre leo en mi epitafio antes de estar muerto. Prostitutas, amantes y enemigos con estacas y collares de ajo leen mi liturgia entre risas y el rechinar de las copas alzadas. Ese fue el precio de mi biblia. Me despide el solitario llanto de las velas que tenuemente iluminan mi féretro hasta el ocaso de su fuego, como viví la vida, hasta que las velas no ardan. Salud!